Estás enamorada o aficiá? (I)

Luego de haber leído las diferentes etapas del aficie en los hombres, escrito por mi estimado amigo y bloggero Josmel (en http://disismaiblo.blogspot.com/), estoy entusiasmada en compartir la versión femenina de este fenómeno de las emociones.

Es natural que nosotras pasemos por diversas etapas antes de llegar al aficie. Sin embargo, muchas de las de mi género se toman un vuelo sin escalas hasta ciudad “aficie” para luego estar llorando a cántaros cuando se dan cuenta de la dura realidad, pero esa es otra historia. Empezemos de una vez.

1. Me gusta!

Es la etapa de lucírtela para provocar una reacción en él que te deje ver si le gustas. (Sí! Porque a todas estas ellos creen que nos conquistan, cuando en verdad es al revés. Les seguimos el juego porque así nos sentimos bien, nosotras conquistadas y ellos los machos conquistadores!) Mientras dure esta situación, nosotras hacemos esfuerzos que los hombres ni se imaginan. Ese salonazo eterno, que nos hace parecer estrellas de telenovela. Abro paréntesis: ¿Se han dado cuenta que las protagonistas siempre tienen el pelo lacio y limpio aun cuando tienen tres días presas porque la villana las acusó de algo falso? Como si en la cárcel estuviera el servicio de salón incluido. Cierro paréntesis. Las uñas arregladitas, rosaditas, para demostrar lo dulce y tiernas que somos. La ropa escogida con esmero para las ocasiones “tan especiales” en que veremos al susodicho. Ah! Y que no me la haya visto! “Esta blusa no, con esa fui hace 20 días” Pero mujer! Si ese nombre ni se acuerda qué se puso ayer, ahora menos lo que te pusiste hace 20 días… “No importa!, tengo que lucir espectacular”. Los accesorios, los zapatos, la cartera. Siempre se presenta una “fashion emergency” y hay que salir a comprar algo URGENTE! “No tengo unos aretes que combinen con la blusa morada!!” ¿Y el maquillaje? Para qué les cuento! Es todo un evento CADA vez que le vamos a ver.

Todo ese párrafo fue sobre la preparación. Ahora llegó el momento de ver al sujeto. Una se hace la loca y pasa 20 veces por el lugar donde él está pero siempre mirando para otro lado, disque para que no se dé cuenta que es atrás de él que andamos. Abro paréntesis. En esta y todas las etapas la mejor amiga juega un papel crucial. Ella es quien te dice si él te mira o no. “¿Me está mirando?”- “No, ahora no. `tá hablando con el bolsa ese del amigo dél…. Ay te miró!!… disimula!”. Ella es quien te ayuda en los fashion emergencies, investiga cosas del tipo por otras fuentes y te apoya en momentos de crisis cuando él no llama o en tu casa no te dejan hacer lo que quieres. En esta situación los lazos entre ustedes se fortalecen, pues hay que comunicarse hasta el más mínimo detalle. Cierro paréntesis.

Empieza a gustarte el baloncesto o el béisbol (si él lo juega) y te apareces como por arte de magia en los partidos. Eso sí! Que no te pregunten quién va ganando o quién está en center field, que tú no sabe d´eso!! Tú estás ahí con un objetivo muy claro, admirar a tu hombre (y no han hablado todavía). Hay par de artimañas más para hacernos notar, todas dependen de cada quien y el grado de vergüenza que esté dispuesta a pasar.

Y como están los tiempos ahora, que todo es Messenger, hi5, Facebook y demás yerbas aromáticas, te sabes su perfil de memoria: sus películas, bandas y equipos deportivos favoritos. Y de paso chequeas minuciosamente los comentarios dejados por otras chicas a ver si detrás de esas palabras se esconde una novia no identificada.

Continúa...