martes, 28 de octubre de 2008

..:::El mejor consejo:::..


Continuamos con la historia de Cohrina, publicada el sábado 25 de octubre (2008) en la columna "La Vida en Tacones" de la revista Oh! Magazine, del Listín Diario.


Cuando llegué a casa de mi madre, tan solo quería sentarme en el sofá con la cabeza sobre sus muslos y que pasara sus dedos por mi pelo como cuando niña lo hacia para calmarme o hacerme dormir. Pero desde que me vio no paraba de contarme acerca de la actividad escolar de mi sobrinita y de los especiales que había en la tienda de muebles que tanto nos gustaba.

“Mamá, necesito que me escuches”, le dije y a pesar de la interrupción se asomó una sonrisa de Monalisa en su rostro. Nos dirigimos a su habitación y nos acostamos mirando el techo. “Cuéntame”. Eso bastó para que me sintiera como chiquilla y no pude contenerme. Lloré. Las madres parecen conocer más de lo que uno cree a sus hijos. “Que las circunstancias no venzan a tu corazón”, agregó. Me pidió que me quedara acostada pensando en aquello que me había dicho sin saber a ciencia cierta qué me tenía así. Sentirme en casa me dio tanta paz y me hizo recordar varios momentos claves que me hicieron ser quien hoy soy. Me quedé dormida sin darme cuenta. Ya casi eran las 10:00 de la noche y tenía mucho qué hacer en mi apartamento. Me incorporé de inmediato y caminé directo a la salita donde mamá tenía su televisión. Primero me quedé un ratito observándola desde lejos, mientras pensaba que aquella mujer, durante muchos años, fue cabeza y pies de nuestra familia. Apenas tengo recuerdos, de mi padre pues murió cuando yo tenia 7 años en un accidente de tránsito fuera del país. Mi madre siendo tan joven tuvo que sacar fuerzas de donde no las tenía y puso un negocio junto a una amiga donde vendían todo tipo de productos de cuidado y belleza de la mujer. En fin, estaba muy chica para percibir todo el trajín que pasó esta intachable mujer para hacer de cada uno de sus días y los nuestros los mejores recuerdos a pesar de la ausencia de mi papá. No recuerdo un solo día en que no nos dijera a mis hermanas y a mí que a nosotras no nos faltaría nada mientras ella estuviera viva y que aprenderíamos a ser fuertes para los tiempos que nos tocarían vivir.


Cuando yo era una adolescente de 16 años, recuerdo que me ¨enamoré¨ de un muchacho de la escuela y él también parecía interesado en mí. Mami siempre se reía cuando le contaba lo que Darío hacía para llamar mi atención y enamorarme. Nunca fuimos novios porque ni él ni yo hicimos la gran pregunta. Cuando aquel muchacho de ojos café se cambió de escuela, lloré a mares y Doña Ana, como todos le decían a mi madre, me dijo que mi corazón a su debido tiempo recibiría a un hombre que se convertiría en lo que fue mi papá para ella. Me aproximé y pasé mi mano por su cabellera. “Mamá ya me voy. Qué pena que me quedé dormida y no pudimos hablar”, le dije. Estaba medio asueñada y solo alcancé a escuchar que me dijo que esperaba haber dado en el clavo con la frase que me había dicho. Asentí con la cabeza y me marché.


Faltaban pocos días para el miércoles, día en que Armando y yo nos volveríamos a encontrar después de ese desafortunado “first moment”. Siempre he sido una buena oyente con mis amigos y amigas y ese próximo encuentro era muy importante porque tendría que tomar la decisión de si debía creer nuevamente en él y dar una oportunidad o si debía seguir mi vida sin el hombre que hace que me sonría como adolescente. Las oportunidades son algo que la mayoría merecemos porque nada nos asegura que algo ha cambiado si no probamos con fe. Luego de esa frase que dijo mi madre me sentía más que preparada para verlo frente a frente y decidir. Lo justo es de los justos y yo tengo la cabeza muy bien puesta. Aunque el corazón siempre esta presente en cada una de mis cosas: porque amo mi trabajo, amo a mi familia y… Sí, por supuesto, aún amo a Armando aunque viva más de lo que recuerdo que me daba que de lo que hoy está dispuesto a ofrecer. Yo siempre he sido la misma, lo que cambia son las circunstancias pero, no por ellas dejaré de ganar lo que tenga que ganar en esta batalla.


Fotografía. Mom by NicholeofEarth

1 comentarios:

leos dijo...

Good post, ahiiiiii armando