domingo, 28 de diciembre de 2008

Heroicidad femenina


Con el título "Mi visión de la mujer", la revista Pandora publicó el viernes 19 de diciembre (2008) esta columna del escritor Andrés L. Mateo.

Los seres humanos no fijan su orgullo, valor o su actitud en un acto voluntario, en cierta forma lo que decide es su infancia. Quizá por ello la imagen de la mujer que preservo, y con la que vivo y actúo, irradia poder y vigor. Mi madre era viuda, yo ni siquiera conocí a mi padre, y de esa circunstancia he sacado mi fantasmagoría más íntima, porque a mi alrededor era una mujer el único ser indispensable en el Universo. Siempre a punto de flaquear, mirando la vida como un sacerdocio, perdida en los lazos de un soliloquio inexplicable y triste, enfrentaba la dura tarea de levantar a sus hijos.

Mamá murió a los 52 años, y yo soy ahora más viejo que ella, pero si la veo a través de la distancia que impone la muerte, ante su fragilidad aparente; no puedo dejar de interrogarme ¿de dónde podía sacar el mandato de vivir? ¿Cómo ese ser tan débil atravasaba nuestro valle de lágrimas y aún sonreía?

Es por eso que siempre he dudado de ese lugar común que llaman "sexo débil" al femenino, porque para mí la condición de mujer, desde el punto de vista social, es más comprometida y fuerte que la del hombre.

Una crítica norteamericana decía que en mis novelas las mujeres tenían siempre un aire heroico, pero esa heroicidad, que ciertamente aparece, está anclada en la vida cotidiana. La heroicidad femenina es forzosamente verdadera, no hay que inventar nada, está tejida minuto a minuto en el transcurrir del día, y sólo leyendo la práctica que dimana del papel de la mujer en la vida social, se puede comprobar.

No hay más, pero no hay menos. Y sí, es heroico el mundo de la mujer. Heroico y mágico. Y no porque uno se vaya a enredar en los velos transparentes en que está envuelta. Sino porque la maternidad es mágica, mágico es el sentido de la existencia que convierte a un ser aparentemente débil en un manto de protección, y es mágico, finalmente, esos breves momentos de eternidad en los cuales la idea del amor funda en la mujer su propia estatua.

Ilustración: Super Housewife by KopaBill

2 comentarios:

Lechaparral dijo...

por eso y por muchas cosas mas nunca seran el sexo debil!!

leos dijo...

Es Mental...